Los inútiles del conocimiento

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Entre los «conocimientos inútiles» promulgados por Bertrand Russell no incluyo aquellos estudios universitarios y tesis doctorales rayanos en la estafa que establecen nuevos hitos en el derroche de los impuestos extraídos a los ciudadanos. Tampoco me refiero a las cada vez más prolíficas plataformas que generan el trabajo fin de grado o la tesis a cambio de un módico precio. Ni a la práctica de generar estudios científicos en áreas de las que uno no es experto, figurando como coautor con investigadores de países exóticos en temáticas extravagantes.

Científica de pegatina

No, simplemente iba a poner un listado -no exhaustivo- de títulos de tesis doctorales y estudios universitarios ridículos para exponer, para el escarnio público, investigaciones que no aportaron nada a la sociedad ni tampoco lo harán en un futuro; donde el único beneficio es el engorde del currículum del doctorando, del de su director de tesis, y del departamento universitario que corresponda también, claro. A menudo son noticia por lo increíble y absurdo del objeto de análisis y estudio. Una búsqueda en la web devuelve varios artículos de periódico que resaltan en tono jocoso esos pseudo estudios, sin ahondar en lo realmente lamentable: muchos se financian con dinero público, y generan otro «doctor» que oficialmente sube en el escalafón laboral y social, antítesis de la meritocracia. Esto no es «conocimiento inútil» sino un inútiles sin conocimiento aunque bien apesebrados.

Pero en lugar de hacer una selección yo, prefiero dejar el enlace al repositorio de tesis de varias universidades españolas. Basta con leer el título de algunas para fliparlo en colores.

Y más, y más… todo en derredor, donde mires… A continuación, Edición Internacional:

¡Ah! Y efecto Dunning-Kruger mis c0j0n3$. Esto simplemente parece corrupción legalizada, con comportamientos perversamente incentivados por una recompensa que se basa en el número de publicaciones científicas anuales -tengan o no sentido, no digamos ya aplicación práctica-. «¡Publiquen! ¡publiquen!» reclamaban algunas universidades para subir en el ranking. Además devalúan a los verdaderos doctores que han generado nuevo conocimiento y pavimentan el futuro bienestar de todos. Y distraen del hecho de que las becas de doctorado y formación de personal investigador tienen una asignación monetaria paupérrima y los doctorandos tienen que sobrevivir precariamente. Desgraciadamente es un club que se esfuerza por autoperpetuarse.

Científico de pegatina

Mención honorífica ¡en positivo! para aquellos héroes sin capa que aportan su granito de arena intentando quebrar la rueda infernal de presiones para publicar nuevos artículos que los buenos y honrados investigadores han de sufrir en sus carnes : algunas publicaciones «científicas» acosan a los investigadores ofertándoles publicar sus estudios también, cómo no, por un módico precio. Y algunos de ellos deliberadamente enviaron estudios científicos sin pies ni cabeza, o directamente poco menos que insultándoles. No importó; esos estudios fueron, por supuesto, publicados -una vez se hizo efectivo el pago requerido:

Accésit de menciones honoríficas para la web «Improbable research«, que entrega anualmente premios a las investigaciones más absurdas a nivel mundial. Los premiados son invitados a recoger el premio en una ceremonia celebrada en Harvard. No se llevan mi premio por su concepto «buenista»: son investigaciones que pueden parecer absurdas a primera vista, pero según ellos en realidad sólo necesitan de un análisis más pormenorizado y profundo para entender su valía real. Ejemplos de los premiados extraídos de su propia web, juzguen ustedes mismos 😂:

Este maremagnum deletéreo de corrupción puede ser sintomático del pre-colapso de la tardo-postrelativista Academia que, a través de la endogamia, el crecimiento injustificado de departamentos (en aras de una mayor ganancia en cuota de poder), y la invulnerabilidad de la función pública -entre otras muchas cosas-, establecen nuevos hitos en el derroche de recursos provistos por los ciudadanos a través de sus impuestos. Como dice la enorme Luciana Ofman, creadora de Argentina Polenta, «¡con la tuya, contribuyente!»:

Tiene pinta que Academia también va a recibir el Pendulazo. Hoy en día ya hay empresas punteras que al contratar no miran el título, sino el repositorio de Github, sumiendo así en la irrelevancia las titulaciones oficiales. La Academia ha de optimizar su tamaño y volver a ser un lugar de cultivo y producción de las élites intelectuales.